Si vives con la preocupación de que tienes que pagar deudas pasadas, mientras que nuevas se acumulan, esto te interesa. En esta nota encontrarás una guía sencilla para aprender a disminuir, y eventualmente eliminar, todas tus deudas.
Seguramente has pensado ya varias veces en lo bien que te sentirías si lograras liquidar todas tus deudas, y por fin pudieras empezar a hacer ese ahorro que tanto has deseado. Sin embargo, es probable que lleves tiempo intentándolo sin poder alcanzar todavía el resultado anhelado. ¿Qué está fallando? Las siguientes recomendaciones podrían aclararte el panorama.
Empieza por hacer un listado que contenga la siguiente información:
Después sigue estos pasos:
Lo primero que debes hacer para llevar a cabo un plan de pagos es tener completamente claro de cuánto dispones mensualmente y en cuáles son tus gastos. Parece demasiado obvio, pero te sorprenderías si supieras cuánta gente comete aquí su primer gran error. Sin ir más lejos, ¿cuántas veces has estado en ese tipo de situaciones en las que te preguntas a dónde se fue el dinero con el que contabas sin encontrar la respuesta? Por eso debes empezar a hacer un riguroso registro de lo que hagas con cada peso. Esto no solo te permitirá saber en qué estás gastando tu dinero sino que te ayudará a saber qué gastos puedes reducir y luego tener una cantidad disponible, ya sea para ahorro o para pagar deudas.
Al ser pequeñas cantidades de las que nos desprendemos mediante los gastos hormiga, es más fácil que nos permitamos hacer el desembolso para adquirir algún bien que realmente no necesitamos, sin darnos cuenta de que, sumados, todos esos pequeños gastos pueden llegar a convertirse en una cantidad mensual bastante considerable. Anímate a hacer la prueba y ver qué sucedería si cada vez que tuvieras tentación de hacer uno de estos gastos optaras por depositarlo en una alcancía. Ve tú mismo cuánto podrías sumar a la vuelta de un mes. Lo más probable es que resultes sorprendido.
Por sí mismas, las tarjetas de crédito no son, en lo absoluto, una mala idea, si sabes utilizarlas convenientemente. Hay quien se refiere al crédito como una especie de ahorro a la inversa: en lugar de ir reuniendo el dinero que necesitas para adquirir un bien o servicio, haces la compra y luego separas la cantidad de dinero que necesitas para pagarlo. El problema aparece cuando empiezas a utilizar la tarjeta sin hacer consciencia de lo que tienes que juntar para pagar todo eso que estas adquiriendo.